- Primero el coche y el punto de carga hablan entre sí por medio de un protocolo para conocer el estado de la batería; después el cargador establece otra comunicación vía SIM con el operador de la recarga
- Se pueden conocer todos los datos de la recarga, como la potencia en tiempo real que está ofreciendo el cargador o la temperatura que tiene la manguera
- El OMODA 5 EV admite una carga rápida del 30% al 80% en un tiempo de 28 minutos
Madrid, 22 de julio de 2025 – Mientras que, en un repostaje de un coche de combustión, el proceso no es digital y solo es cuestión de insertar los litros necesarios de combustible en el depósito; en un coche eléctrico, la situación cambia por completo cuando se realiza una recarga rápida.
Desde el momento en el que el usuario de un vehículo eléctrico decide recargar su vehículo en un punto de recarga de corriente continua (DC) y hasta que finaliza la recarga, la cantidad de datos que viaja de un lugar a otro es ingente. Por ello, para conocer cómo funciona este proceso, Belén Chaves, Product Manager de OMODA & JAECOO, detalla el paso a paso de lo que ocurre en una recarga eléctrica del OMODA 5 EV, un SUV eléctrico a la venta desde 22.990 euros.*
1 | Diferentes opciones de recargar un coche eléctrico
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, una vez en el punto de recarga, el usuario puede iniciar el proceso de recarga de tres formas diferentes. Una primera opción es una tarjeta o llavero RFID. Se trata de una tecnología que utiliza un elemento físico (como una tarjeta similar a las bancarias o un pequeño llavero) y que basta con acercarse al cargador para iniciar el proceso.
La principal ventaja de un llavero o tarjeta RFID es su rapidez rápido: no hay que abrir ninguna aplicación o seleccionar un cargador en una app. “Además, también viene bien en aquellos sitios -como un garaje subterráneo- donde no suele haber cobertura móvil con las aplicaciones”, señala Chaves.
Otra opción para realizar la recarga es utilizar la aplicación de recarga del teléfono móvil de un operador concreto, conocido también como CPO (Charge Point Operator), y que es el encargado del punto de recarga, de su gestión, del precio de la misma y su cobro y de supervisar el estado del terminal.
Por último, también se puede utilizar como opción para la recarga y el pago una tarjeta bancaria, ya que cada vez son más los puntos que cuentan con un TPV.
2 | El coche y el cargador hablan entre sí
Una vez que se elige la forma de conexión, desenganchamos la manguera del punto de recarga, la conectamos al coche, el usuario se identifica -si fuera necesario- y confirma la operación. “A partir de ahí, el coche y el cargador comienzan a hablar entre sí para intercambiarse datos. Y aquí es donde está la parte clave del proceso”, continúa Chaves. Para que esto ocurra se utiliza un estándar internacional ISO conocido como ISO 15118, que admite comunicaciones digitales seguras.
Por ejemplo, en este caso, tras conectar la manguera al coche, el OMODA 5 EV transmite la información de que su batería del coche litio ferrofosfato tiene una capacidad máxima de 61,05 kWh, cuál es el SOC (o estado de carga de la batería), su capacidad máxima de carga en corriente continua de 80 kW y que en condiciones favorables el tiempo de carga del 30% al 80% se produce en unos 28 minutos aproximadamente.
3 | El coche y el punto se conectan con el operador
Hasta aquí la información que el coche transmite al punto de carga. Pero a su vez, el punto de carga también está transmitiendo información. Y lo hace por medio de una tarjeta SIM que está insertada en el cargador (en algunos cargadores hay incluso una doble SIM). Unos datos que, además, se envían en tiempo real tanto al fabricante del punto de recarga como al operador del punto de carga, conocido como CPO.
En este sentido, ambas compañías reciben la información de que el proceso de carga se ha iniciado. Además, si el usuario se ha conectado por medio del llavero RFID o con la app el operador de carga también reconoce al usuario.
En cuanto al tipo de información que se está transmitiendo, “los principales datos son la marca y el modelo de coche (en este caso el OMODA 5 EV), el SOC (o porcentaje de energía disponible de la batería), la potencia de la carga y la evolución de la curva de carga, la energía suministrada, el tiempo que lleva conectado, el precio de la recarga”, dice nuestra experta.
Toda esta información viaja en tiempo real gracias a un protocolo de comunicación entre el cargador y la plataforma y que se conoce como OCPP, un tipo de código abierto mundial que comunica el punto de carga con los sistemas de gestión.
Además, en algunas ocasiones los fabricantes de los puntos de recarga pueden recibir incluso más información como es el caso de la temperatura de la manguera, el voltaje y corriente de cada módulo y potencia, posibles situaciones anormales de la red eléctrica… Asimismo, tanto el operador de carga como el fabricante del punto de carga podrían interactuar con el cargador de forma remota.
4 | La importancia del Autocharge
Otra de las claves a la hora de recarga un coche eléctrico es la función Autocharge, que en este caso OMODA con el OMODA 5 EV la tiene disponible con Waylet de Repsol. Este sistema permite que las recargas sean más rápidas y cómodas.
“Gracias al Autocharge, los usuarios del OMODA 5 EV tras realizar un primer emparejamiento, pueden cargar sus vehículos de manera automática, sin necesidad de interactuar manualmente con los puntos de carga”, afirma Belén Chaves.
Primero, el punto de carga detecta lo que se conoce como VIN (Vehicle Identification Number) del vehículo. Es un código similar al de un DNI de un coche, puesto que debe ser único por cada vehículo. Además, este VIN transmite la información del propietario del vehículo y su intención de querer cargar de forma automática cuando se enchufe.
La siguiente tecnología que utiliza ‘Autocharge’ es el MAC (Media Access Control). El MAC es una especie de matrícula digital que reconoce la red en la que quiere cargarse el coche y que autoriza el coche a utilizar el ‘Autocharge’.
Y por último está el NACH (Hub de Control de Acceso a la Red), tecnología que valida el vehículo para cargar sin necesidad de identificarse cada vez que se enchufa.
5 | Hacia una mayor interoperabilidad
Por último, otra de las claves en el ecosistema del vehículo eléctrico es la interoperabilidad, que se trata de fomentar en la actualidad. Esta interoperabilidad lo que permite es que un conductor de un OMODA 5 EV permita utilizar solo una app o un llavero RFID para cargar en muchos puntos de recarga de diferentes proveedores.
Esto es posible gracias al protocolo de comunicación OCPI (Open Charge Point Interface) pero para ello tiene que haber un acuerdo entre los operadores de carga (CPO) y los proveedores de servicios (MSP), aquellas empresas, por ejemplo, que distribuyen los llaveros RFID.
De ahí que sea importante que ambas compañías (el operador del punto y el proveedor del servicio) puedan compartir datos como la disponibilidad de los cargadores, el precio del kWh, cuándo comienza y finaliza la recarga y todo aquello relacionado con el consumo y la facturación.
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Acerca de OMODA:
OMODA es una marca de automóviles de vanguardia lanzada en 2023 en Wuhu, Anhui (China), donde la firma tiene su sede. Su filial española, OMODA España, inicia su andadura en Europa con una extensa red de concesionarios y centros de postventa, cuyo objetivo es acercarse al máximo a los gustos y necesidades del cliente para ofrecerle productos muy atractivos, de alta tecnología y de gran calidad.